Continúo con la idea de rebobinar que planteé en el post anterior: Si en ese rebobinado detectamos qué pensamiento molesto ha tenido lugar, probablemente habremos determinado la causa de ese malestar físico.
Después queda la tarea de re-elaborar ese
pensamiento molesto, probablemente automático, que emerge con asiduidad como
consecuencia de haber hecho muchas veces el mismo recorrido.
A veces es tan
sencillo como crear otro pensamiento alternativo, quizá con un punto de vista más
positivo, más comprensivo, o más compasivo, con los otros o con uno mismo. Un
camino nuevo para ser recorrido cada vez que aparece el estímulo. Es como
salirnos del sendero que quizá empezó como una rodera creada bajo la lluvia y que a base de pasar y pasar por él se ha ido consolidando,
y crear un nuevo camino por un lugar que nos guste más, un recorrido que
podemos elegir. ¿Qué tal atravesando un prado verde?
Cuanto más transitemos este nuevo recorrido, más
cómodo y fácil nos resultará hacerlo, y el antiguo camino comenzará a verdear,
poblándose de vegetación, hasta que quede tan borrado que sea imposible
distinguir dónde estaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario si lo deseas. Estaré encantada de contestarte.