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jueves, 24 de enero de 2019

¿Voluntad o responsabilidad?

Ayer, en la clase de profundización de ARC salió el tema de la fuerza de voluntad necesaria para dedicar unos minutos al día a tu práctica, ya sea relajación, meditación, o autohipnosis.
Yo creo que en la mayor parte de las veces no es un tema de voluntad. Seguramente tienes voluntad para levantarte cada día a pesar del sueño, ducharte aunque tengas frío, o trabajar después de comer aunque preferirías dormir una siesta. Si tienes fuerza de voluntad para estas cosas, tienes fuerza de voluntad también para las demás.

¿Qué hace que ni nos planteemos fallar en estas tareas? El sentido de la responsabilidad. 
Y, ¿Cuándo consideramos que debemos ser responsables? Cuando la tarea en sí es importante para nosotros.

 Esto nos lleva a pensar que si no sacamos tiempo para nuestra práctica diaria es porque dentro de nuestra escala de valores, el autocuidado y la introspección no son importantes.


Quizá, el objetivo no es tirar de fuerza de voluntad, sino poner atención en cómo estamos haciendo esa escala, y qué estamos priorizando en nuestra vida.

Las personas que, aunque sea durante un tiempo, practican o han practicado alguna vez, saben cómo el estado de bienestar general mejora. Aparece la capacidad para no verse sobrepasado por los acontecimientos, mayor claridad mental, y también mayor alegría sin necesitar muchas razones objetivas, y todo esto hace que seamos, además de más felices, más eficaces.

¿No es lógico por tanto, que en nuestra escala de valores, el autocuidado suba unos peldaños?

Robin S. Sharma en “El monje que vendió su Ferrari” hace la comparación con la persona que no se para a echar gasolina porque tiene mucha prisa en llegar…

Si nos paramos a pensar, quizá lo único importante para hacer bien las cosas es... estar bien.

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