Unos días después de publicar mi
anterior post sobre las listas de tareas, me dio por abrir un librito que tengo
en casa sobre cuentos de la tradición sufí, recopilados por Idries Shah, y al ojear
al azar vine a dar con este cuentecito que os transcribo a continuación y que
tiene mucho que ver con las tareas de las que hablaba. En él, Nasrudín, el
eterno protagonista de las enseñanzas sufíes nos pone de manifiesto con
aplastante lógica ese rasgo de incongruencia humana del que nos sentimos a
veces tan víctimas.
Camellos y hombres
Nasrudín –le preguntó el
vecino- ¿Quién es más inteligente, el camello o el hombre?
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