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martes, 11 de febrero de 2014

Indagar en el malestar físico


Un súbito dolor de estómago y no has comido nada especialmente fuerte,   palpitaciones y no has hecho esfuerzo físico, dolor de cabeza sin haber forzado la vista, ni golpearte…Te preguntas ¿por qué me pasa esto?
Estamos acostumbrados a buscar las razones de nuestro malestar en causas físicas externas a nosotros, buscamos fuera lo que tenemos dentro.

 Quizá podamos hacer un pequeño esfuerzo de “rebobinar” hasta el momento anterior a empezar a sentirnos mal. ¿Qué estaba haciendo yo? ¿Qué pensamientos atravesaron mi mente? ¿Qué recuerdos emergieron al ver una imagen tristemente familiar, al oír una melodía que nos resulta melancólica o el ruido de una sirena? ¿Qué  negras previsiones de futuro se han encadenado a un determinado hecho, o a una opinión escuchada?

Especialmente intensos son los recuerdos que desencadenan los olores, agradables como el perfume que nos recuerda a  una persona querida, o desagradables como  el  olor a freno quemado si nos recuerda una situación de peligro.  

Cada uno de los estímulos que recibimos del exterior desencadena una serie de pensamientos, unas veces agradables y otras desagradables, unas veces hacia el pasado y otras hacia el futuro y si no somos conscientes de ello, entonces somos víctimas, y nos vemos vapuleados por los acontecimientos que a nuestro alrededor, simplemente,  ocurren.