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jueves, 30 de mayo de 2013

¿Acercarte a lo que deseas o alejarte de lo que temes?



¿Acercarte a lo que deseas o alejarte de lo que temes? Son dos formas distintas de movernos por la vida, y aunque ambos movimientos pudieran llevarnos en la misma dirección, el primero nos proporciona ilusión y ganas de vivir, mientras que el segundo nos hace sentirnos vulnerables, insignificantes y víctimas.

Que la motivación sea positiva nos hace responsables de nuestro propio itinerario en la vida. El acercamiento es un paso voluntario, con una motivación subyacente, y hacia un objetivo en el horizonte. Hay esperanza.

El alejamiento es la huída, se llega a la supervivencia a través del miedo.  Nos quedamos con lo que nos dejan, y sólo a veces eso es lo que de verdad queremos, muy pocas veces.

Suele resultarnos más fácil saber qué  no queremos, porque en  pocas ocasiones nos permitimos preguntarnos  qué es lo que realmente deseamos.

¿Te has preguntado qué habría en tu lista de “Cosas que realmente quiero”?


lunes, 20 de mayo de 2013

Un cuentecito sobre las tareas



Unos días después de publicar mi anterior post sobre las listas de tareas, me dio por abrir un librito que tengo en casa sobre cuentos de la tradición sufí, recopilados por Idries Shah, y al ojear al azar vine a dar con este cuentecito que os transcribo a continuación y que tiene mucho que ver con las tareas de las que hablaba. En él, Nasrudín, el eterno protagonista de las enseñanzas sufíes nos pone de manifiesto con aplastante lógica ese rasgo de incongruencia humana del que nos sentimos a veces tan víctimas.

Camellos y hombres
Nasrudín –le preguntó el vecino- ¿Quién es más inteligente, el camello o el hombre?
El camello –contestó el mulá-, porque lleva cargas pesadas sin quejarse, pero nunca pide una carga adicional. El hombre, por el contrario, atestado de responsabilidades, siempre quiere aumentar sus cargas.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Las listas de tareas

Una de las mayores causas del estrés es la enorme exigencia que hacemos de nosotros mismos a la hora de organizar nuestro tiempo. A menudo pensamos que sería ideal si el día tuviera 2 horitas más, y no caemos en la cuenta de que el gran problema no es que el día solo tenga 24 horas, sino que pretendemos hacer demasiadas cosas en ese tiempo.

Organizar nuestro tiempo de forma racional es imprescindible para no caer en el estrés. Una de las herramientas mas utilizadas es una agenda o un papelito donde apuntamos todas aquellas cosas que nos proponemos hacer, esto nos permite ver con mayor perspectiva cuántas y cuáles son esas tareas y si hay una proporción lógica con el tiempo de que disponemos, y a menudo comprobamos que no la hay.



 Además, a veces las listas  nos sirven para identificar tareas que en realidad no queremos hacer, son esas tareas que siempre quedan sin tachar en nuestras listas, las que parecen eternas pasando de un papel a otro. Si las analizamos, podremos ver que  son las que menos nos apetecen, las que son más de espíritu “tengo que” que del tipo “quiero” o  “prefiero”, y muchas veces están ahí,  y ni siquiera las hemos puesto nosotros, la mayoría se han colado en nuestro quehaceres por vía sugerencia, solicitud, por sentimiento de culpa o  del deber.
Cuando descubrimos su origen, (y a veces nos sorprendemos),  podemos atrevernos a imaginar qué ocurriría si esa tarea fuera transcrita eternamente de nota en nota, y no llegara a llevarse a cabo jamás. Algunas de estas insidiosas tareas no pasan esta simple prueba, y ¡con  qué satisfacción podemos entonces tacharlas definitivamente!