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jueves, 30 de abril de 2015

Clases gratis el viernes 8

Hola,
La semana que viene doy 2 clases de muestra de Auto Relajación Consciente, una por la mañana, de 12:00 a 13:15 y otra por la tarde, de 16:30 a 17:45, en la Asociación de Yoga Cuatro Caminos.
Si quereis apuntaros o apuntar a alguien podeis hacerlo en  info@controldelestres.es o en el 692596616.
Os dejo aquí el cartelito.
No hace falta ropa especial, simplemente que se esté cómodo. Sí conviene llevar unos calcetines para no pasar con calzado a la sala.

miércoles, 29 de abril de 2015

Cada uno sufrimos el estrés de una manera

No todo el mundo sufre el estrés del mismo modo. A pesar de que todos los niveles están interrelacionados, mientras que algunas personas sufren los efectos negativos del estrés a nivel muscular mayoritariamente, con la consecuencia de contracturas y dolores musculares, otras es a nivel del sistema nervioso autónomo, con problemas como el colon irritable o alteraciones en el ritmo cardíaco entre muchas otras. Reacciones como la irritabilidad, o la labilidad emocional, son manifestaciones del estrés a nivel emocional; y cuando identificamos en nosotros problemas de dispersión mental, falta de memoria o mente inquieta, podemos estar describiendo síntomas de tensión a nivel mental. 
El especialista en estrés John R. Harvey, habla de un nivel más de manifestación del estrés que se revela en estados de desmotivación, o falta de sentido de la vida, se podría calificar de estrés a nivel espiritual.
Es fundamental que cada persona identifique cuales son las causas que están propiciando sus respuestas de estrés y cómo se manifiesta ese estrés en sí mismo. Hacernos conscientes de qué manifestaciones y consecuencias obran en nuestro organismo y a qué niveles somos más vulnerables nos capacita para defendernos contra ello, utilizando las herramientas mas adecuadas en cada caso.

miércoles, 22 de abril de 2015

Mujeres que no creen en sí mismas

Un poco al hilo del post anterior sobre mujeres madres y profesionales, me he topado con el trabajo de la psicóloga estadounidense Pauline Rose Clance de la Universidad de Georgia sobre lo que ella denomina el “El fenómeno del impostor” .

En este trabajo, la Dra. Clance, habla de un perfil de mujer con el que se ha encontrado en consulta de forma repetida. Mujeres que, a pesar de logros académicos y profesionales destacados, persisten en creer que en realidad no son brillantes y han engañado a cualquiera que piense lo contrario.
Suelen achacar sus éxitos a errores a su favor en los exámenes o evaluaciones, a sobrevaloraciones por parte de sus superiores, a sus habilidades sociales, e incluso a sus encantos femeninos.
Estas "impostoras" temen que en algún momento alguien descubra que están donde no deberían estar, o están ocupando el lugar que alguien verdaderamente cualificado debería estar ocupando.

Los síntomas clínicos más frecuentes son la ansiedad generalizada, la falta de confianza en sí mismas, la depresión y la frustración relacionada con la incapacidad de cumplir con sus propias exigencias de logro. ¿A alguien le suena esto?

Os dejo el enlace a su página, donde encontrareis el artículo completo en el que habla de los probables orígenes de esta forma de pensar, de las formas de comportamiento que conlleva, y también de las estrategias que utiliza en terapia.
También encontrareis un test para valorar si entras dentro de esta categoría y en qué grado. 

http://www.paulineroseclance.com/impostor_phenomenon.html

miércoles, 15 de abril de 2015

El cuidado de una misma

A través de los cursos de Auto Relajación Consciente tengo la oportunidad de conocer personas admirables, bastantes más mujeres que hombres (no porque los hombres no lo sean sino por que acuden muchos menos), y encuentro un patrón común a casi todas ellas (casi todas nosotras) que me llama la atención.
Me encuentro con madres, personas muy válidas, con mucha formación, rigurosas en su trabajo, muy exigentes consigo mismas y curiosamente, extrañadas por su alto nivel de estrés, y un poco culpables por ello, como si estuvieran haciendo algo mal, o fueran “poco capaces”.
Me gusta hacer notar a estas personas que están desempeñando en su vida más de un rol, y además se exigen hacerlo brillantemente.
Pretendemos ser buenas profesionales, buenas madres, buenas gobernantas del hogar ( y estas dos últimas no son la misma cosa)...Cada uno de estos roles requiere un número de horas de dedicación que sumando, superan sin duda las 24.
Pero el estrés no parece venir tanto de la ingente cantidad de obligaciones con las que nos cargamos, sino de la exigencia de desempeñarlas sin fallos, sin fisuras, sin cansancio, o sin mal humor; y probablemente también de no tener una perspectiva de que esta exigencia sea algo puntual o temporal para la que se podría hacer un esfuerzo también puntual o temporal, sino que, como así es, se trata de una situación permanente, en la que hay una carencia llamativa, a veces estruendosa, a la que solemos ser sordas: el cuidado de una misma.
Tenemos tiempo para cualquiera que se acerque a pedirnos algo, pero muchas veces no somos capaces que sacar ni 2 ó 3 minutos para tomarnos un respiro, o hacer una relajación al día. Anteponemos el cuidado de los demás al nuestro, buscamos la excelencia en todo lo que hacemos sin pararnos a pensar en el valor de nuestro propio bienestar, y cuando algo no sale bien, nos culpamos, y nos criticamos.
Nos estamos olvidando de algo muy importante: para poder cuidar, hay que cuidarse. Cualquiera que haya viajado en avión habrá escuchado las instrucciones que se dan a las personas que viajan con niños: “póngase usted la máscara primero y después póngasela al niño”.

Quizá sería bueno un poco de comprensión de la difícil tarea a la que nos enfrentamos, unas palmaditas de reconocimiento por la gran labor realizada, un premio de vez en cuando, y el respeto diario e incondicional por todo lo que hacemos. Y todo eso sólo tendrá valor si viene de nosotras mismas, de nuestra propia determinación