¿Por qué frente a las mismas
circunstancias las personas reaccionamos de distinta manera? Quizá
conozcas alguien que sufre tristeza, ansiedad, o preocupación con
mucha frecuencia, sin atravesar grandes tragedias en términos
objetivos, mientras que otros pasan por circunstancias
verdaderamente difíciles con serenidad e incluso optimismo.
¿Como lo hacen unos y otros? La manera
en la que miramos nuestra realidad, lo que nos contamos sobre ella,
cómo la interpretamos, es la verdadera causa de nuestro estado de
ánimo.
La buena noticia es que todos podemos
aprender de aquellos que piensan de maneras que les dañan menos. Es
cuestión de entrenamiento, de aprender a sustituir los itinerarios
de nuestros pensamientos que se han convertido en automatismos, por
otros que nos hagan más felices y que con el tiempo también se
convertirán en automáticos.
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