Si el juego permite descartes, el buen
jugador se deshará de lo que no le interesa y pedirá más cartas,
si no, intentará hacer la mejor baza con lo que le han dado.
La satisfacción con la vida tiene
mucho más que ver con la actitud con la que jugamos nuestras cartas
que con cuáles son esas cartas.
Cambia lo que puedas cambiar, acepta lo
que no puedas cambiar, y haz la mejor jugada con lo que te haya
tocado.
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