Hace unos días, paseando por mi parque favorito vi que las chumberas estaban floreciendo. La flor de la chumbera es delicada y con el rocío de la mañana estaba preciosa, así que me acerqué lo suficiente para hacer esta foto, pero no me di cuenta de que, por la parte inferior, las hojas (los nopales) estaban muy cerca de mí, y con solo estar en contacto, multitud de púas se clavaron en mi pantalón.
Esto me hizo recordar la metáfora que se utiliza a veces para explicar a una persona por qué debe alejarse de otra, por mucho que le guste o lo quiera, por mucha ilusión que se haya puesto en la relación, o por lo muy bonito que todo sería si verdaderamente fuera bien. Y es que, hay personas que no convienen, y con las que es mejor mantener la distancia, como con los cactus.
Me costó sacar las púas del tejido de mi pantalón. Incluso un par de ellas se habían clavado en mi piel, y aún tengo una pequeña marca. También cuesta sacar de la vida a estas personas tóxicas con las que es bastante común tener cierta dependencia. Pero de la misma manera, uno camina mejor cuando se ha deshecho de ellas y aprende a protegerse poniendo distancia.
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