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miércoles, 11 de agosto de 2021

¡No tengas frío!

 Si eres sufridor o sufridora de estrés, seguramente en algún momento de tu vida habrás escuchado de alguien con muy buena intención eso de "¡Pero no te estreses!".

Esto, por muy bien intencionado que se sea, habitualmente sirve tan poco como decirle a alguien "¡No tengas frío!", cuando hace 6 grados y va en camisa.

Cuando decimos a alguien "no te estreses", dejamos a la persona más sola en su sufrimiento, y quizá sintiéndose culpable o incompetente por no saber manejarse mejor frente a la adversidad.

Si quieres ayudar a una persona que esté estresada, enséñale a identificar la tensión en su cuerpo y aflojarla, o hazle ver el problema o la causa del estrés desde otro punto de vista menos atemorizante, o relativízalo comparándolo con grandes problemas, o muéstrale todo lo bueno que hay en su vida y que quizá en ese momento no está viendo.

Con cualquiera de estos intentos de ayuda, por muy infructuosos que pudieran ser, la persona al menos te va a sentir cerca, y va a percibir tu intención positiva de disminuir su malestar.

Es como darle una manta en vez de decirle que no tenga frío.

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