Practicar meditación, relajación u otras técnicas de mente-cuerpo en grupo nos facilita el camino por varias razones:
Por una parte, el compromiso que uno establece consigo mismo tiene más fuerza cuando alguien más sabe de ese compromiso.
No es fácil sacar el tiempo y la motivación para mantener el hábito, y cuando formas parte de un grupo de práctica, saber que no eres el único que lucha contra la falta de tiempo, la pereza u otras dificultades, te apoya en el trabajo a solas.
Cuando te pones a meditar en casa, recuerdas a tus compañer@s, y de alguna manera te conectas con la energía del grupo. Si faltas a tu cita sabes que te echarán de menos. Incluso, si no puedes acudir pero haces tu práctica en ese mismo momento, los sientes más cercanos.
Por otra parte, todos hemos notado cómo nos relajamos más rápidamente cuando estamos en las clases, y no es sólo porque hay una voz que guía. La práctica en grupo es más sencilla pues a nivel cerebral se produce una sincronización, igual que cuando acercas un diapasón vibrando a otro de la misma frecuencia, que está en reposo y en unos instantes ambos emiten el mismo sonido. Por eso, cuando en un grupo hay meditadores con mucha experiencia, es más fácil alcanzar ese estado de mente en calma, de no-distracción, de atención en lo que quiera que sea tu intención atender. Cuantas más personas experimentadas hay en el grupo más sencillo resulta.
Si tienes dificultad para mantener tu decisión de meditar a diario, prueba a unirte con otras personas. Incluso reunirte sólo en el tiempo y no en el espacio (es decir, ponerse de acuerdo en practicar a una determinada hora aunque esté cada uno en su casa) puede suponer una diferencia.
Me gustaría conocer tu experiencia ¡Deja tu comentario!
Me gustaría conocer tu experiencia ¡Deja tu comentario!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario si lo deseas. Estaré encantada de contestarte.