El tiempo que pasamos practicando relajación, no sólo sirve para rebajar la sobreactivación, sino que
abre un camino de autoconocimento.
Y esto ocurre por varias vías, conectadas con los tres vértices
de nuestro ser, el Pensamiento, la Emoción y el Cuerpo.
Dedicarnos ese tiempo a diario a nosotr@s mism@s nos da la
oportunidad de observar con calma cómo estos tres componentes están indivisiblemente unidos, se influyen
mutuamente y no es posible que haya cambios en uno de ellos sin que repercuta
en los otros dos.
A través de la práctica conseguimos una mayor conexión con el cuerpo, como si aprendiéramos el lenguaje en
que nos habla a veces, a través de molestias o dolores. Se produce un proceso
de identificar conexiones (“atar cabos”) entre tus sentimientos y deseos, y tus
sensaciones corporales.
Por otra parte, nos hacemos conscientes de cómo un simple
pensamiento que puede ser incluso fugaz, nos puede cambiar el estado de ánimo en un momento determinado.
La observación del
pensamiento nos permite darnos cuenta de la tendencia más o menos acusada que cada uno tenemos al elaborar nuestros
pensamientos. Quizá identifiquemos que pasamos buena parte del día con
pensamientos que nos llevan al miedo, la angustia o la preocupación. O bien son los sentimientos de enfado, rabia, o ira, los que se repiten más a menudo. O tal vez
hablamos en general en términos de tristeza,
pérdida o impotencia.
El hecho de identificar esa tendencia nuestra es ya un paso
para rectificar el rumbo o para examinar con algo más de escepticismo nuestros
propios pensamientos, como un filtro
que podría frenar un poco esas “exageraciones”
en las que a veces caemos.
Y más allá del pensamiento, el vivir el momento presente nos
permite reconocer cómo nuestras conductas están dirigidas por la emoción en la que nos encontramos en
cada momento. Podemos entender cómo la motivación
(o la desmotivación) es también algo sobre lo que tenemos capacidad de influir, y no es algo ingobernable, como sería un
agente atmosférico.
Identificamos aquellas conductas que de alguna manera no nos
agradan o no nos benefician y que se están disparado de una forma automática sin que hayamos hasta ahora intentado
liberarnos de ellas. Tomamos conciencia de que podemos escoger si deseamos mantener o no, ese automatismo.
En
definitiva, ese espacio que te permites a diario para estar contigo mism@ te
permite, a través de la observación y el autoconocimiento, ir ganando terreno
en control y bienestar, y paulatinamente,
ir tomando las riendas de tu propia
vida.
Si quieres iniciar este camino, tienes la oportunidad de
hacerlo con nosotros, en la próxima edición de Auto Relajación Consciente, que
comienza el 6 de noviembre.
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