Un
rasgo común a las personas con tendencia a la ansiedad es el diálogo
interno negativo. Todos estamos siempre acompañados de nuestra voz
interna, esa compañera inseparable a la que a veces nos
gustaría dominar un poco mejor, y que en ocasiones es
particularmente insidiosa y poco compasiva, por no decir cruel.
Estamos
acostumbrados a ella y por eso no ponemos filtro ni barrera. Pero si
nos ponemos a analizar todo lo que nos decimos al cabo del día,
veremos que hay mucho de negativo, mucha crítica, mucha
desvalorización, mucha amenaza para que no te salgas de lo
conocido... Es una voz que, en el fondo, tiene una intención
protectora, pero en la forma es muy poco didáctica, no nos ayuda,
solo nos hunde.
Por
eso, deberíamos tratar de reeducar a esa voz, cambiar ese mensaje
pesimista, descalificador , que nos hace sentir impotencia, por otro
que nos haga crecer y desarrollarnos, que nos potencie en lugar de
paralizarnos.
Y
eso es lo que hacemos con las afirmaciones positivas.
Las
afirmaciones tienen ese efecto neutralizador y no hay más secretos
que la pura repetición.
No
hablamos de efectos mágicos, sino de la simple familiaridad con
conceptos amables y cuidadosos con nosotros mismos, a los que a
menudo no estamos acostumbrados.
Lo
sorprendente de las afirmaciones es que, aunque lleves años
diciéndote “lindezas” y haciéndote críticas feroces, no se
necesitan años para que se noten los efectos de las afirmaciones
positivas. En un par de semanas se pueden notar cambios.
Puedes
hacer las afirmaciones 3 veces al día, (así lo recomendaba el Dr.
Coué,
(1857-1926) investigador del esfecto placebo y la autosugestión)
repitiendo 15 ó 20 veces la afirmación que hayas escogido.
Y
si las afirmaciones las haces en estado de relajación, en el que la mente está más abierta a aceptar sugestiones y nuevos
puntos de vista, notarás que esas ideas potenciadoras te resultan
naturales antes.
Algunos
ejemplos de afirmaciones que te sugiero.
Me
merezco estar bien
¡Soy
capaz!
Tengo
derecho a ser feliz
¡Yo
Puedo!
Cada
día crezco y mejoro
¡Yo lo valgo!