Tomar un café en la máquina mientras
despotricas de todo no te aporta descanso.
Una pausa de calidad es detenerse unos
instantes a relajar el cuerpo y la mente, hacer un paréntesis
mirando, sintiendo y escuchando hacia el interior, simplemente
permitiéndote disfrutar de ese tiempo para no hacer nada.
Cinco minutos de este descanso profundo
pueden ser suficiente para recuperarse del cansancio, retomar las
riendas si nos estamos desbocando con el estrés, rebajar la
ansiedad, y sentirse renovado.
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